Microsoft es claro y advierte que: “Windows 8.1 no está diseñado para ser instalado en equipos operados con Windows XP o Windows Vista”. Al problema que suscita la supresión definitiva del soporte por parte de Microsoft de los equipos operados con Windows XP, se le suma la recomendación de la empresa de no actualizar XP o Vista a la última versión de su sistema operativo, Windows 8.1.

Brandon LeBlanc, en el blog oficial de Microsoft, explica que la actualización desde Windows 7 funciona perfectamente, pero que de todas maneras es necesario volver a instalar todo el software adicional nuevamente, incluso Microsoft Office.

Esto se aplica igualmente a equipos informáticos de fabricantes como Dell, HP o similares y no a sistemas clónicos, los cuales se ensamblan por el propio usuario, que puedan tener la potencia necesaria. Igualmente, es conveniente saber que igualmente podrían surgir algunos problemas de compatibilidad de conectores.

A finales de 2012, Microsoft sugirió actualizar Windows XP a Windows 8. Pero ahora, viendo como desaconsejan hacerlo hacia la 8.1, Windows 7 se convierte en la opción más correcta. Ante esta situación surge la duda de si Microsoft extenderá el período de soporte para Windows 7, ya que la 8.1 deja de ser una versión alternativa para muchos usuarios.

Aunque se trata de una actualización desaconsejable, Microsoft argumenta lo siguiente: “Los consumidores que de todas formas quieran actualizar Windows 8.1 desde Windows XP o Windows Vista, deberían comprar el DVD físico en lugar de utilizar la función de descarga”.